CRÍTICA
Martes 16 abrViviana Rodriguez en Imaginario, Juntas somos trama por Marcela Costa Peuser
Se teje desde tiempos inmemoriales. Tejer es femenino. Simboliza el nacimiento y la vida, abrir y cerrar el telar, los latidos del corazón, y el esfuerzo de la tejedora, el parto que origina la vida. Las culturas primitivas tejían sus historias; allí dejaban constancia de su ser y de su existir. Nuestras abuelas tejían y nos enseñaban sus secretos.
Viviana Rodríguez aprendió de su abuela materna a tejer a dos agujas; Rosario, su otra abuela, le enseñó a bordar; junto a su hermana tenían una mercería: Tienda Manuela y allí la dejaban hacer paquetes, moños y elegir los papeles para envolver. Esta muestra que se presenta en Imaginario, Galería de arte, Juntas somos trama, es un homenaje a ellas y a todas aquellas mujeres que, cruzando y entrelazando hilos, tejen la vida misma.
Viviana Rodríguez era contadora pública; a los 40 años la sacudió una crisis vocacional y un amigo le sugirió que hiciera algo relacionado al diseño. Fue así que cursó la carrera de diseño de interiores, donde conoció a Ana Sartori quien la invitó a su taller; a partir de ese momento todo se desarrolló naturalmente. En un Salón Nacional de arte textil en el 2009, en el Paláis de Glace, quedó muy impactada por una obra de Paula Diringer, ganadora del primer premio. Se contactó con Berta Teglio -su profesora de taller-, totalmente decidida a meterse de lleno en el arte textil. Allí sintió que podía ser libre, que era justamente lo que estaba necesitando en esa etapa de su vida.
Viviana comenzó a tejer, pero con papel; un material que le permite lograr las tensiones que le interesan. El gramaje, el color, el encapado, de cada tipo de papel que utiliza hace que en cada pieza sea única, logrando situaciones de delicada sutileza en los encuentros de entre lo opaco y lo satinado o entre el Kraft y el Fabriano.
Su primer obra fue blanca, luego jugó con los colores del cubo mágico, con papeles japoneses, con hojas de libros y hasta con hojas de comics – su pasión de niña- para, finalmente, decidirse por los opuestos. El blanco y el negro, el yin y el yang, dos fuerzas antagónicas que forman un todo.
“La obra de Viviana Rodríguez pone en absoluta relevancia las implicancias del puro acto de ver y nos recuerda que el arte contemporáneo todavía puede ofrecernos un festín perceptual en el cual quedar atrapados,” señala Karina Maddonni , curadora de la muestra. Inscripta en corrientes como la abstracción geométrica, el Op Art, el minimalismo y las experiencias cinéticas del siglo XX; la propuesta estética de Viviana incorpora tradiciones del universo textil, para crear una obra con marca propia.
¡Una muestra fuera de lo común!
Marcela Costa Peuser